rumbo a las montañas, N. Folch |
Restos sin regreso entre las vías
Una luz,
que abre ventanas
pasa monotona conmigo dentro.
En los vagones crece el recuerdo estirado de estaciones que no sé pronunciar
y me dejo llevar en hamacas de luz
nado en el zumbido de mosquitos
que chupan destellos
entre ventiladores
restos del futuro con cables invisibles :
frescos caminos, ondas circulares.
De cada pasajero
caen maduras sus cabezas
ensombrecidas como un final de vía :
no sabría decir si la noche nos abandona o si nosostros nos abandonamos a lunas imaginarias entre montañas de bambú -
no se trata de jardines sino de una visión
un espejo de aire tibio en cada ventana
que ruge y endormece.
Perforado por la luz
intercambié palabras entre los vagones
con el humo de las pipas se apostaban animales
y el vértigo de un misterioso destino.
La máquina de hierro
a cuchillazos con el horizonte se curva con una carga de esposas, té, cerdos y tabaco,
para el mercado en la frontera
un nudo de viajeros dormita
como los mosquitos en los restos sin regreso.
De retour
Une lumière
qui ouvre fenêtres
passe monotone avec moi dedans.
Dans les voitures pousse un souvenir étiré des gares dont je ne sais pas prononcer leurs noms
et je me laisse amener dans les hamacs de lumière
je nage dans le bourdonnement des moustiques
qui sucent des éclats
parmi les ventilateurs
les restes d’un future avec des fils invisibles :
des chemins frais, des ondes circulaires.
De chaque passagère
tombent mûres leurs têtes
sombrées comme la fin d’une voie :
je ne saurai pas dire si c’est la nuit qui nous abandonne ou si nous nous abandonnons à des lunes imaginaires entre montagnes de bambou -
il ne s’agit pas des jardins mais d’une vision
un miroir d’air tiède sur chaque fenêtre
qui hurle et qui endorme.
Percé par la lumière
j’ai changé des mots entre les voitures
avec la fumé des pipes on parie des animaux
et le vertige d’un mystérieux destin.
La machine de fer
fonce à coup de couteaux avec l’horizon et s’infléchi avec une cargaison de femmes, thé, couchons et du tabac
pour le marché dans la frontière
un noue de voyageurs s’endorme
comme les moustiques sur les restes sans retour.
4 commentaires:
nicolas Folch, soy Juan Carlos Vergara, tal como tu poeta chileno, de 18 años, tu carta me pareció tremendamente lúcida, punzante, eficaz (aquella carta abierta a las cartas abiertas) yo por mi parte también escribí a varios de ellos...
en fin en Chile todavia existen "escritores profesionales" como dice en la convocatoria, patético por supuesto.
Creo en Arlt cuando dice "no hagamos literatura hablando de literatura, sino escribiendo en ORGULLOSA SOLEDAD".
creo que falta lucidez en la poesia chilena, falta rabia, falta estruendo, creo que nadie entiende aun en chile lo que es "Lira", hasta cuando andamos viendo si se "escribe bien o mal"...si finalmente se escribe por desesperación, por dolor, por angustia, por infinidad de cosas que como lihn resume solo queda decir: "porque escribí estoy vivo".
pd: aqui está mi mail: hijodeladaisy@hotmail.com para que podamos comunicarnos y asi leer m´sa tu poesia, pues creo que nosotros mismos los poetas jóvenes somos quienes debemos leernos y fomentarnos.
se despide con un abrazo, juan Carlos Vergara.
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hola
saludos
gladys
Hola!!!
Qué gustazo venir a verte, un poema simple, claro, precioso. Me transporté en la línea del recuerdo y vi esas estrellas congeladas bajo mis ojos.
Un beso!!!
Alfonsina (...Cicuta O Maleza?...)
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