Mistificación de una noche de vasos libres, viendo el tiempo más lento de lo que supera la razón. Perdimos otra vez la noción de lo que son los límites temporales. Nuestro lóbulo homogéneo saturado de estímulos amorales que enferman al libertino más famoso de la esta historia. Por favor, otra hoja que dar vuelta en este libro tan manoseado... Se revientan las bocas de contenidos para mayores de 18 años, si tienen menos quedas fuera, no juegas.
Pasamos invictos, nada que temer frente al nuevo amanecer, radiantes de historias y caminos avanzados por esta inmensa carretera llena de vida. No pidas que dé menos, ni que me transforme en ceniza sin antes haberme incinerado por completo, así llego al infierno consumido.
Vez, las cosas que prediqué las practiqué y las que mentí, sólo fueron parte del prólogo y el epílogo. Mañana cuando despiertes me extrañaras y me buscarás aunque sientas temor de que vuelva. Somos esta maldita droga que no tiene nombre y que se esparce en la sangre dentro de nuestros glóbulos rojos. Me encontraste otra vez frente al espejo, esperando que se abra el portal que nos lleva más alla de nuestro ego y vanidad, y mucho más allá de nuestra líbido y sensualidad explícita.