Las yemas de mis dedos
Han dejado un sendero seco y claro
Durante la agitación de mis alas.
La caída es el espectáculo del robo,
Es mi gratitud a la gravedad
Que muestra su puño a estas megaciudades.
Los ojos cerrados
Guardan una hermosa pena de timorato,
Mis manos la olfatean como a un tesoro
Con encajes rasgados
Y suspendidos en el diálogo del óxido:
Moler y morder lenguas
En los ascensores.
Ojos amarillos de descuidoEn los ascensores.
A los que mis yemas introducen su apetito,
El sexo ensombrecido
Por las máquinas.
photo: Mr Folch
1 commentaire:
Ameno a la vista cansada de un lector en estado de sombras...
-De vuelta al tapete de welcome en esta base "me-n-tal", algo ataviada de trabajos inconclusos y clavos en el suelo que se despegaron del techo. Sin embargo, sin vergüenza y viviendo, dentro de todo, bastante àvido de caos.
(¡Me puedes explicar el ùltimo verso?)
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