lundi, octobre 29, 2018

Alcancía en un metro parisino








Su rostro es una alcancía de dolor

repasando el silencio que imponen los túneles del metro

entre sueño y eléctrico susurro.

En un basural algunos montículos se mueven

entre sueños y fuego espontáneo,

solo extranjeros quedan,

pieles estampilladas para el trabajo del vaciadero,

pulsando botones de colores básicos,

predeterminados para unas pocas palabras :

rojo – alerta

amarillo – atención

blanco – jardines recién regados decorados con algunas modelos semidesnudas

negro – cámaras de vigilancia.

Los móviles bajan del cielo

aconsejan,

dictan la orden del día

a cada lado de las conciencias

que besan esa « O » enorme y carnosa,

gerra o paz, lolita o la familia, salvado o condenado, pillo o sincero, venganza o perdón

y en la frontera el estupro

el programa perfecto para atraer pieles timbradas en trenes

con el eco de cantos de geishas y cognac en el Moulin Rouge

el avión de los muertos no se detiene ante nada

ni ante el ocaso ni ante el acaso.

Nunca olvidarán estas nuevas pieles el rojo y el negro,

aceptarán el amarillo,

soñarán en blanco.

Llamarán al cielo con tarjetas prepagadas,

ya no es cuestión de opción,

como un sonámbulo

camino al borde,

es una situación última,

son los últimos, somos los últimos,

pistilos de un tallo reseco,

no hay alternativa.

La conversión y la tarifa se anunciará

 en el mar pantalla plana,

actualización del programa, fé, FÉ en el programa,

en el menú único,

comida brillante en las pantallas,

brillo liso, brillo publicitario

grasiento que chorrea en los dedos,

ésta es la felicidad,

es la grasa digital.

Ésta es la aceitosa promesa:

grasa digital

sobre cocinas frías

como escenario frío de cocina con la receta perfecta,

puré de benzodiazepina

en platos oculares negros,

órbitas ajenas o periféricas

enfermas, rojizas, con conjuntivitis,

lagrimones de bacterias gotean ante las cámaras de vigilancia,

surfean sobre ese tajo

en la alcancía de dolor hipnotizada en su teléfono
antes de llegar a la próxima estación de metro.

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