H.R. Giger |
Las risas invitadas
la buena
onda en directo
deja color
de esperma en el cielo
una precipitada
acción masturbatoria
gira y nos
lleva con ella a otra órbita.
La
actualidad son
tantos
cuerpos perfectos entre días vencidos.
Nuevos
planetas
a la medida
rebotan en
las calles,
comparsas
de hombres se sacan el pan de la boca
y lo lanzan
a los ministerios del eco.
Tropiezo y
se me incrusta un satélite
— ¡que venga la modelo! —
carne
bronceada queda atrapada en
antenas
como anticucho,
me hacen
interferencia
al otro
lado, sonriendo
totales dioses ansiosos por ser inmolados.
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