Conozco el
golpe bajo de las ciudades
por las
mañanas frescas
el ronroneo
de los refrigeradores
entregando
una chispa a la sangre que despierta
con
sorpresa a los pies de cada frío paso
que las
personas dan al bajar del sueño.
Conozco
esos paraderos colectivos
agujereados
en los pulmones de la resignación
y los
estacionamientos relucientes que filman su belleza
día y
noche.
Conozco las
lenguas secas de los que chupan el sexo
hasta que
se vuelva color cemento y los gritos
en los
casinos con helipuertos redondos como cerdos contentos.
Conozco el
margen de error y la especulación de los joyeros
que bailan
en el cielo una danza de apareamiento para los cometas del cine
las bancas
sepultadas por matorrales con calzones de niñas
el olor de
los limpiaparabrisas mezclado con puentes lejanos
para verlos
solo desde abajo abriendo las piernas o una lata de neoprén.
Conozco las
escaleras de la amistad que dan vueltas
hasta el
departamento desconocido con botellas llenas
de
comprensión y calor
espontaneo y gratis
espontaneo y gratis
ventanas
colgadas de aburrimiento frente a frente
defecando
la tierra de los maceteros
sobre
parejas inciertas de vuelta de las discotecas
y las batas
de las señoras que se ensucian un poco en las puntas
al pasar
por el jardín recién regado
sin mirar
el diario mojado.
Solo eso.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire