No soplo las velas que gratis se prendieron
para danzar con el torbellino
que tu recuerdo dejó en esta ventana,
es hora de dejarlas llamar tu nombre
mas auténtico que la identidad que presenta la
noche
para que no la detengan en sus orgías.
Mis manos poseen la libertad de los jardines
abandonados
desde ese día de lluvia que inyectó la
agridulce promesa de labios en un fruto desconocido
del jardín abandonado, en los dedos maduros,
en las hojas primaverales que crecieron de tus senos
cuando ebrios caminamos
y en tu cuello la velocidad del jabón deshaciendo
mis ojos.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire