un elixir por el que deberíamos aullar

Esta noche esforzaré la luz a negativo,

a la no-luz, que es no-sombra ni oscuridad dramática.

Esta noche pegaré mis labios al abecedario de la belleza

arropada de mujeres relámpagos

comiendo lobos de cuentos

totalmente perdidos en sus cuentas bancarias y guías para habitar el planeta.

Esta noche la lluvia aguará el papel de regalo

con que se hicieron las flores de aniversario

pero las hará temblar de semen original

pero les dará raíces fuera,

calles alargadas en historias heroicas que nadie conoce por tan marginales a los lados de los ríos

donde los drogados duermen como muertos mientras sus ojos  confluyen en  la Bahía de Halong para guiar a los perros que nadan de casa en casa, de restos de comida en caricias, porque hasta ellos, los perros de las casas flotantes perdidas, tienen una puerta a las estrellas en el agua y comparten el brillo de los perdidos como un elixir por el que deberíamos aullar.