los días
vienen con la radio encendida y un café, la magia de medir la vida en una
camisa limpia
y
pensar que los campeones están entrenando sus músculos para el espectáculo en
la televisión.
Sabes
que los pequeños instrumentos del baño están desapareciendo por la puerta
limpiar más espacios vacíos debiera lógicamente llenar otros en otra casa distante
un
cepillo de dientes, una peineta, te exponen y abandonan
aunque
el agua sigue corriendo en la ducha.
Lo que
los perros observan cuando ladran a tu puerta no es otra cosa que el blanco y
negro que tapas con un poco de pintura
Sabes
que otro hombre se prepara y que marcar una cruz en un formulario,
que llevar
la nota de las próximas vacaciones y ser feliz
haciendo carrera para él no es nada
mientras
tú te divides con la idea de escuchar la radio y morir en el fondo de tu café
porque quizás
la próxima ola traiga buena suerte y no estar ahí sería la
burla final
para ti
que olvidaste la importancia de llenar una hoja de impuestos y reclamar por tu contrato
para poder llevar una mujer a las tiendas y perderte entre las suaves telas de
la nueva colección.
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