lundi, février 11, 2008

Cinco dolares en Siemp Reap


La cola es discreta y cada una de las personas que ahí estamos no demostramos en absoluto ansiedad. El control de pasaportes es una norma en todos los aeropuertos. Oh si. Incluso hay ocasiones en que dentro de la comunidad europea uno puede hacerse controlar el pasaporte. Control, control, aquí torre de control, somos puntos en un radar — La pregunta seria ¿Cuál radar? — Nada extraño en tal formalidad. Yo : contento con mi visita en Camboya. Un amor de verano. Es un decir; más bien un amor de siete días.

La cola avanza. La hora del despegue: PROGRAMACION POR OTROS. El pequeño aeropuerto de Siem Reap se abre paso entre la oscuridad que, a esa hora, comienza a hacer desparecer las esperanzas de ver la ciudad desde el aire. La sorpresa de pagar un impuesto a no sé qué por salir del país, ya había quedado atrás. Un pequeño desliz en la aventura. El dinero sigue en el bolsillo. Disminuye, pero sigue ahí. Templos / cabezas / piedras milenarias / sed / jugos de fruta fresca / precio turista / transpiración. Mis imágenes estan clasificadas y en mente, listas para ser usadas al menor descuido. Si se descuidan, les saco una imagen y los dejo atrás a todos. Soy muy rápido con eso.

La cola ya ha avanzado lo suficiente. Su función básica de molestar o cansar no ha surtido efecto. Es mi turno luego de la japonesa que gesticula al otro lado de la línea, con un oficial enfrente sentado en un pequeño escritorio, vitrina & agujero.

“What you said?!” – gesticulación discreta y sonrisa solapada del oficial. La japonesita me mira con ojos más grandes que hongos de Chernobyl, se vuelve al oficial y repite “What you said?!”. Mi pie traspasa un poco la línea prohibida. CURIOSIDAD GRANDE y grande que crece. Otro paso. No escucho bien ¡Maldito inglés con acento oriental y maldito oído de latino que “aprendió” inglés en colegios públicos! La mujer se vuelve otra vez, en busca de algo parece. En busca de más gente podría ser. Solo que yo estoy delante de los demás, solo yo y no entiendo bien qué pasa. La japonesa parece desesperada. Horror, se lleva las manos al pecho, se vuelve hacia el oficial, algo escucho que dice “Don’t” y al final “Pay”. Señala con el dedo hacia atrás. Me señala a mi ¡Qué cresta pasa! Sigo yo, avancen por favor, el avión nos espera. El oficial agacha la cabeza, sonriendo. Vuelve a murmurar algo. Su sonrisa ya no me gusta nada y veo las filas de al lado mío que avanzan calladamente ¿Por qué elegí esta fila? La noche cae. Me caerá en la cabeza una noche, esta noche, seguro.

El uniforme nunca me ha dado seguridad ¿A quien? Ah si, a mis vecinas. O sea, donde hay un uniforme es porque la cosa es poco segura ¿Y si lo salto, si trato de pasar por detrás de la japonesa a punto de llorar? Cámaras. Cámaras por todos lados y el protagonista no seré yo. Un oficial más lejos y cerca de la puerta de embarque mira hacia acá. Deben leer la mente estas mierdas uniformadas. Me quedo donde estoy. El oficial del hoyo vidriado le tira el pasaporte a la japonesa. Hoyo / Cosmos / agujero / rata. Sigo yo ¿Oficial se dice este? Tiene una medalla de Toronto muy kish en su corbata verde. Tira a la basura. Mis papeles caen detrás de él. Mis tesoros de viaje. Olvida, olvida, a la basura. Me gustaba mucho Camboya señor; usted lo arruino todo. Nos vemos la próxima vez y quizá ya no estés de ese lado del hoyo. Calma ¿Te las das de justiciero ahora? Lo miro queriendo matar. Su técnica se quiere neutra, pero es solo una mascarada. Neutralidad anulada, suizo para nada, sujeto sospechoso. Mirada asesina, incomprendida, mi mano se estira, tomo mi pasaporte, busco el timbre.

Paso.

Sentada veo a la japonesa. Cuasi estado de shock. Empatia / ojos húmedos / no te entiendo / sigue mirándome / ya comprendo / ¿Cinco dólares? / Timbre / ilegal / voz muda / el sistema / tranquila / tranquila / la noche afuera / impotencia / Al avión.


Ps: Escrito ya de vuelta en Hanoi y no in situ, luego de un baño caliente en casa, mientras pensaba en eso de que algunos “poetas” sostienen que la poesía no sirve para nada y que ya hace tiempo que quiero escribir algo sobre eso. Quizás otro día, quizás ya lo hice, quizás no sirva de nada escribirlo.

Picture: Henry Darger

7 commentaires:

Marcela Saldaño a dit…

También te leo con calma, te pongo de link....

Mr.Fozzil a dit…

Quizás no sirve de nada, ni pensar, ni escribir... Sólo vivir.
Quizás somos sólo un pelo más de un gran culo...O un moco más de una gran nariz... O a veces todo lo contrario. O somos dios??

fluyendo a dit…

un moco? yeah!, quiero ser moco je!

drfloyd a dit…

escribir, para algunos, a veces viene "pegado" como perro a lo que llamamos vivir. Sera la muerte alfabeta? La experiencia, lo vivido, es la afirmacion y la apuesta. En definitiva....la respuesta esta dada.

fluyendo a dit…

q bueno volver a saber de usted...caricias para el alma...

fluyendo a dit…

saber nuevamente de usted...que rico!!!...caricias para el alma...

Mr.Fozzil a dit…

El impulso irracional de escribir lo que se vive... mmmm... Es inevitable... Mejor sigue escribiendo